El rol del procurador es fundamental dentro del ámbito judicial español, ya que actuamos como el representante procesal de las partes ante los tribunales. Nuestra función no solo abarca la transmisión de escritos, la gestión de documentos y la coordinación entre las partes, sino también una serie de responsabilidades éticas, legales y profesionales que se rigen por un marco normativo muy específico.
En este artículo, exploramos los derechos y deberes que rigen la profesión del procurador y cómo estos afectan tanto a nuestro ejercicio profesional como a la administración de justicia.
Derechos del Procurador
Como profesionales del derecho, los procuradores contamos con una serie de derechos que nos permiten ejercer su función con autonomía, eficacia y respeto por su propia dignidad profesional. Estos derechos están claramente establecidos en diversas normativas, incluyendo la Ley de Enjuiciamiento Civil, el Código Deontológico de los Procuradores y el Estatuto General de los Procuradores de los Tribunales. Algunos de los derechos más relevantes son:
Derecho a la independencia profesional
Los procuradores tenemos derecho a ejercer nuestra función con plena independencia como recoge el Artículo 7 del Código Deontológico. Esto significa que, en el desempeño de nuestras actividades, no debe someterse a la influencia de ninguna de las partes involucradas en un procedimiento judicial. Esta autonomía le permite actuar conforme a su propio criterio profesional y ético.
Derecho a la remuneración justa
También tenemos derecho a ser remunerados por los servicios prestados, según los aranceles establecidos y de acuerdo con el acuerdo previo con el cliente. La remuneración debe ser proporcional a los servicios prestados y debe cumplir con lo estipulado por la ley y los colegios profesionales. Este derecho está reconocido en el Artículo 35 del Estatuto General de los Procuradores de los Tribunales, aprobado por Real Decreto 1281/2002, de 5 de diciembre.
Deberes del Procurador
Los procuradores no solo tenemos derechos, sino que también estamos sujetos a una serie de deberes que van desde los de naturaleza ética hasta los legales. Estos deberes son esenciales para garantizar la correcta administración de justicia y el respeto a las partes en el procedimiento judicial. A continuación, detallamos algunos de los deberes más importantes que un procurador debe cumplir:
Deber de secreto profesional
El deber de secreto es uno de los más importantes en la labor de un procurador. Según el artículo 10 del Estatuto General de los Procuradores de los Tribunales, los procuradores debemos mantener la confidencialidad sobre todos los hechos, documentos y situaciones que conozca por razón de nuestro ejercicio profesional. Este deber de confidencialidad abarca no solo la información relacionada con los clientes, sino también con los procedimientos judiciales en los que participe.
Deber de información al cliente
Los procuradores tenemos que mantener informado al cliente sobre el curso del procedimiento, así como de comunicarle todas las resoluciones judiciales relevantes que se adopten en el proceso. Según el artículo 26.2 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, como procuradores, debemos transmitir a nuestro cliente y al abogado copias de las resoluciones que se le notifiquen y de los escritos que le sean trasladados por el tribunal.
Deber de diligencia y responsabilidad
Por supuesto, debemos actuar con la máxima diligencia en el ejercicio de nuestras funciones. Como se recoge en los artículos 4 y 6 del Código Deontológico de los procuradores de los Tribunales, esto implica cumplir con los plazos establecidos para la presentación de escritos y recursos, así como velar por que todos los documentos y actos procesales sean realizados de forma correcta y oportuna. Somos responsables de la exactitud de los actos que realizamos y de la protección de los intereses de nuestro cliente dentro del procedimiento judicial.
Deber de colaboración con el abogado
Como procuradores, no nos corresponde la dirección letrada del caso, que es función del abogado, pero sí tenemos el deber de colaborar estrechamente con él. Mantener una comunicación constante y efectiva es esencial para garantizar que el proceso judicial se desarrolle de manera fluida y sin contratiempos. La Ley de Enjuiciamiento Civil, en el artículo 26.2.3º, establece que debemos mantener al abogado informado de todas las actuaciones relevantes, asegurando así una coordinación eficaz.
Deber de abstención en caso de conflicto de intereses
El deber de abstención en caso de conflictos de intereses está regulado por el artículo 467 del Código Penal. Establece que tenemos que abstenernos de intervenir en aquellos casos en los que exista un conflicto de intereses que pueda perjudicar a nuestros clientes. Si tomamos conocimiento de que nuestra intervención podría generar un perjuicio para alguna de las partes, debemos apartarnos del proceso para garantizar la transparencia y la equidad.
Deber de continua formación
El artículo 3 del Código Deontológico, nos obliga a mantenernos actualizados en cuanto a la normativa, las prácticas judiciales y los avances en el ámbito jurídico. Esto asegura que podamos ofrecer un servicio eficiente y acorde a los cambios que se producen en la legislación y jurisprudencia.
Deber de actuar con responsabilidad y ética profesional
Nuestra actuación debe regirse siempre por la responsabilidad, la ética y el respeto. Esto implica mantener una actitud profesional en todo momento, incluso en los casos más complejos, así como cumplir con la normativa aplicable, respetar a la autoridad judicial y tratar con corrección a todas las partes involucradas.
Conclusión
Nuestros derechos y deberes no son meras normas que debemos seguir, sino la base de nuestro ejercicio profesional. Respetarlos no solo nos permite cumplir con nuestras responsabilidades legales, sino que también protege el derecho de las partes a un proceso judicial justo y transparente. Como despacho de procuradores y parte esencial del sistema judicial, debemos ser plenamente conscientes de nuestras obligaciones y ejercer nuestra labor con la máxima profesionalidad y compromiso.
En Sevilla Flores, nos aseguramos de que todas las actuaciones se lleven a cabo de acuerdo con la normativa vigente, abordando cada caso con rigor y atención.